"Esperanza mía": El convento llega al teatro


Backstage
Clarín compartió, en exclusiva, el primer ensayo general de la obra que se estrenará la semana que viene, en el Opera. Toda la intimidad del “detrás de escena”, con Lali Espósito y Mariano Martínez a la cabeza. Energía pura.

No hay cruces ni hábitos. Tampoco una sacristía. No hay imágenes religiosas ni rosarios colgando. Sin embargo, hay clima de convento. ¿Será ésta la famosa magia del teatro? En caso de que fuera, se le debería sumar la yapa de que a la misma hora en la que están saliendo por la pantalla de El Trece (las 21.15), los personajes de Esperanza mía caminan por acá, en una sala con cierta penumbra, con mucha mística, en la que el elenco realiza el primer ensayo general rumbo al estreno de la versión teatral, con toques musicales. Hay un ritmo crucero durante la primera media hora. De pronto llega Lali Espósito -directo desde la grabación- y la aguja se mueve al compás de su energía.
Ella pisa el escenario de El galpón de Guevara, en Chacarita, y queda claro que sabe su letra, la de sus compañeros, sabe dónde meter el chiste para contagiar alegría. No hay solemnidad en el ambiente, sólo la rigurosidad con la que trabaja Valeria Ambrosio, directora de esta puesta que subirá a escena el fin de semana próximo en el Opera.
El gorrito de lana de Mariano Martínez da cuenta del frío invernal. Pero los cuadros de baile de buena parte del grupo -son 19 artistas, cinco de ellos bailarines- invitan a subir la temperatura. En el libro que escribieron Adrián Suar y Marcos Carnevale, el padre Tomás no tiene coreografía, pero Martínez se mueve a un costado con un ritmo notable, mientras suena una y otra vez la misma melodía. "A mí me encanta bailar y lo hago bien... No sé seguir una coreografía, pero no soy ningúnpatadura. En las fiestas soy el primero que sale a la pista y el último que se va. Acá no se requiere eso de mí, pero escucho música y me muevo solo", se sincera el hombre que se levantó a las 5.30 para ir a grabar y calcula que llegará a su casa a las 23.30. "Estoy cansado, pero feliz", dice quien ya supo lo que es llevar un éxito de la televisión al teatro, conSon amores y Valientes.
 
"A mí me encanta bailar y lo hago bien... No sé seguir una coreografía, pero no soy ningún patadura. En las fiestas soy el primero que sale a la pista y el último que se va. Acá no se requiere eso de mí, pero escucho música y me muevo solo", dice Mariano Martínez.
Producida por Pol-ka, la obra cuenta con casi todos los personajes de la tira, involucrados en una situación muy puntual: el coro del convento Santa Rosa intenta ser elegido para cantarle una canción al Papa Francisco en el Vaticano. El grupo de las monjas malas encierra a Esperanza (Espósito) en la despensa para que no se luzca, pero ella logra escapar y llegar a tiempo.
El tranquilo ingreso de Lali -abrigada de pies a cabeza- a la sala coincide con el momento en el que Esperanza debe entrar en acción, corriendo desesperada para sumarse al grupo. La escena se hace una, dos, cuatro veces. Listo. Lograda. Con un par de indicaciones de Ambrosio, y unos bocadillos que tira el apuntador, se pasa a la siguiente escena.
En otro salón, Verónica Pecollo ensaya con los bailarines: coreógrafa a cargo de los musicales, es la coach de Campi en ShowMatch (y la que tuvieron Anita Martínez y el "Bicho" Gómez, que también es su pareja). "Yo trabajé mucho con actores y me interesa este registro. Acá hay un grupo de bailarines, que son los que van marcando las coreos. Pero las actrices son muy plásticas, muchas de ellas bailan de maravillas. De todos modos, a diferencia de un show televisivo, acá los bailes cuentan, porque la historia también se va filtrando a través de las situaciones musicales. Se está haciendo un trabajo muy interesante".

Mientras unos ensayan, otros estudian la letra, o pispean sus celulares, o aprovechan la buena onda que se percibe para hablar de bueyes perdidos. Lali y Mariano se ríen a un costado sobre una de las tantas estructuras de madera que sirven para imaginar una cama, una mesa, un escritorio. Cuentan que en el Opera habrá "una escenografía muy potente", pero aquí hay que apelar a la fantasía, con todo lo bueno que eso implica. De hecho hay que ver a una monja en el cuerpo de una actriz con bermudas (Vanesa Butera), o a un cura enfundando un pantalón de cuero, o a una novicia rebelde trepada a unos tacos.

Cuando se estrene Esperanza mía, Espósito ensanchará su récord de artista con más funciones en el Opera y Gran Rex: "Hice dos temporadas de Floricienta, cuatro de Casi ángeles, una deChiquititas y dos años con los TeenAngels. Todo esto se lo debo a Cris (Morena)". Ella sabe de qué va la mudanza de un formato a otro, pero para la mayoría de sus compañeros es un hecho inédito. "Me interesa hacer la experiencia del doblete. En 40 y pico de años de trayectoria nunca llevé un programa al teatro. Y acá, además, voy a cantar y será un tema para llorar de emoción (ver El estribillo...)", adelantaGabriela Toscano, la Hermana Clara del cuentito. En la obra, Esperanza se enterará de que ella es su madre. En la televisión, aún no.
Otra cosa que sucederá sobre tablas antes que en pantalla será el primer beso entre la novicia y su amado padre Tomás.Todo indica que ése será uno de los momentos más celebrados, sabiendo el fanatismo de los Tomanza, como se autodenominan los fans de la pareja.

Ana María Picchio
, la Madre Superiora que ahora luce jeans y gorrita de lana, también debutará en este terreno: "Alguien que yo conozco, que sabe de esta cosas, me dijo 'No sabés todo lo que vas a aprender y lo que te vas a divertir. Y no vas a poder creer lo que pasa'. Y, como soy curiosa, estoy encantada. Yo fui a ver a Lali a Rosario y es un imán para las chicas. Fue muy emocionante. Supongo que cuando salga ella a escena va a ser un festival".
En la piel de la Hermana Betty, Carola Reyna confiesa que "esto es nuevísimo para mí. Creo que lo que me entusiasma es que nunca experimenté este fenómeno de ser un elenco... y de pronto sos los Rolling Stones. Quiero vivir una cosa así".
Cerca del final, Natalie Pérez repasa su baile, las otras monjas -Karina K, Butera, Delfina Siciliani, Laura Cymer y Virginia Kaufmann- charlan con la directora. Faltan dos personajes clave de la historia: Rita Cortese, que no participará de la versión teatral, y Angela Torres, que sí participará, pero ahora (cuando se realiza la nota) está en Europa.
Ensayan con un objetivo argumental (el Papa las podría recibir en el Vaticano) y con un espaldarazo muy valioso en estos tiempos de televisión alicaída: forman parte de la ficción argentina más vista. Y eso amerita no tomarse vacaciones propias, para hacer más lindas las vacaciones ajenas.

Un éxito de taquilla
Ya tiene 20 funciones agotadas
Si bien el viernes 3 de julio habrá un estreno para famosos, el debut oficial de Esperanza mía será el sábado 4, en el Opera Allianz. De acuerdo a la enorme demanda, se agregaron funciones para el 23, 24, 25 y 26 de julio (a las 19 y 20.45 cada día).

El estribillo que se viene
A pesar del hermetismo general, Lali le dio a Clarín un fragmento de la canción (aún sin título) que compuso para la obra.  
“No puede el dolor ganarle al amor, no puede hacerme olvidar que siempre soñé tenerte otra vez, lo que hemos vivido no es tiempo perdido y tú siempre serás mi luz”.

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