La Robótica educativa

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El campo de la robótica está empezando a despegar, como lo hicieron hace algunos años otros sectores como la telefonía móvil. Y es el modelo de negocio de la robótica personal, que sigue los pasos de la electrónica de consumo, el que está creciendo de manera imparable. Cada vez son más populares productos como drones, robots domésticos o de uso personal, los que se venden como juguetes, gadgets o como productos educativos. Todos ellos en general muy competitivos en calidad-precio.
Según un informe de ABI Research, la robótica personal podría alcanzar un volumen de mercado de 19 billones de dólares para el año 2017. Un dato menos global y menos especulativo nos lo aporta la AEJU (Asociación Española del Juguete), quien ha declarado que el volumen de negocio del juguete asciende a más de 1.100 millones de euros anuales, de los cuales, más de un 4% son juguetes electrónicos, especialmente los educativos como el famoso Lego Mindstorms.
La robótica progresivamente y de manera imparable se está introduciendo en los procesos formativos. Hasta ahora la evolución de los modelos educativos no ha estado en consonancia con el avance de las nuevas tecnologías, tendencia que en los últimos años se está revertiendo. Actualmente las herramientas tecnológicas juegan un papel muy importante en las metodologías educativas, sobre todo las que se apoyan en el desarrollo de la creatividad mediante el uso de la robótica.
De una manera sencilla se podría definir a la robótica educativa como un método de aprendizaje basado en el aprende-haciendo que se sustenta en el empleo de la robótica y en la superación de unos retos como base e hilos conductores. La finalidad no es enseñar robótica sino utilizarla como factor de motivación que lleve al alumno a la construcción de su propio conocimiento.
Cuando un alumno construye un robot adquiere un sentido de dominio sobre un elemento de la tecnología. Establece contacto con ideas y elementos de la ciencia, las matemáticas o el lenguaje. Si a esto se añade la posibilidad de trasladar la programación a objetos concretos, la actividad intelectual se vuelve mucho más rica y vital.
Así mismo, el uso de robots en la educación ayuda a forjar el desarrollo de competencias como la autonomía, la responsabilidad, la creatividad, la autoestima y el interés por la investigación. También favorece el desarrollo de habilidades sociales como  aprender a organizar los grupos, a trabajar en equipo y a respetar a los demás.
En definitiva, la robótica educativa reúne todos aquellos requisitos para que se produzca un aprendizaje significativo acorde con las destrezas más demandadas en el siglo XXI.
A tenor de todo ello, la industria de la robótica es cada vez más consciente del enorme potencial que este nicho de mercado está abriendo y del desarrollo que irá adquiriendo en los próximos años. Ya en la actualidad existen numerosos productos que se adecuan a la demanda de los distintos sectores. Y si bien, la línea que separa a la robótica educativa de los juguetes es muy fina, la robótica educativa es una tendencia que cada vez gana más adeptos y en la que la edad no es una barrera. En el mercado podemos encontrar productos para estudiantes- de todos los niveles educativos-, para profesores, para investigadores e incluso para empresas. El empleo de la robótica en las empresas lo abordaremos en un próximo post ya que los resultados que se están obteniendo en los recursos humanos son muy interesantes, tanto a nivel productivo como de generación de talento.
Para concluir este post, y a modo de ejemplo y sin ser de manera alguna excluyente, quisiéramos destacar algunas iniciativas de robótica educativa que nos parecen especialmente atractivas.
  • Centro de robótica educativa con Legos. Robótica Valle de Guimar. Desarrollan talleres educativos para niños y jóvenes donde diseñan, construyen y programan un robot; y aplican conceptos de ciencia y tecnología del mundo real.
  • Campus de verano sobre emprendimiento y robótica que organiza Be Creative Kids. Una escuela de verano en la que los niños pueden desarrollar y darle forma a su propia idea de negocio. Este año han integrado talleres de programación y robótica.
  •  La Word Robot Olympiad (WRO). Una divertida olimpiada para jóvenes donde los participantes tienen la oportunidad de vivir experiencias únicas en torneos de carácter local, nacional e internacional.
  • Talleres como el que ha organizado recientemente El Espacio Coworking Talud de la Ería de Oviedo: “Robótica para futuros emprendedores”, orientados a niños entre 9 y 12años de edad.
Publicado por Staff

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