De Argentina, al mundo

Una historia nacida y creada aquí, con un elenco internacional, coproducida por Canadá e Italia está a punto de lanzarse por el mundo a probar suerte.El niño estrella de Hollywood
El inventor de juegos, el filme de Juan Pablo Buscarini que se estrena este jueves en los cines locales y en simultáneo en mil salas de América Latina, está basado en la novela infanto-juvenil del escritor argentino Pablo De Santis. La historia del protagonista, Iván Drago, apuesta a conquistar público en medio mundo con un relato basado en la imaginación, los sueños y los sentimientos más puros, en 3D y con toda la tecnología a su favor.
El director Buscarini (el de El ratón Pérez y El arca) y uno de los actores argentinos del elenco, Alejandro Awada, están felices con el resultado. Y cuentan cómo fue compartir rodaje con artistas y técnicos acostumbrados a trabajar en producciones de Hollywood, como el actor Joseph Fiennes (el mismo de Shakespeare apasionado) o el sonidista Chris Munro (el de Malefica y ganador del Oscar por Gravedad).
El proyecto empezó hace casi diez años, cuando se publicó la novela. ¿Cómo fue el proceso desde entonces hasta hoy?

Buscarini : Fue un trabajo muy arduo, sobre todo de preproducción. Todo comenzó con la lectura del libro. Yo soy un lector habitual de De Santis, pero nunca me había pasado con las novelas para adultos de pensarlas cinematográficamente. En cambio cuando leí El inventor.
.. lo primero que hice fue empezar a imaginármela como película. Y me ayudó mucho el hecho de ser productor a la par de director. Lo que más me gustó de la novela es que apela a la creatividad sin necesidad de usar realidades paralelas o fantasías extraordinarias. El mayor mérito es que es imaginativo, pero no fantástico. En esta historia casi todo lo que sucede es real y posible.
Eso trasladado al cine, ¿cómo se aplica?

Buscarini:
En que tenés que contar una historia, aprovechar los recursos pero sin abusar de los efectos especiales para resolver cualquier escena. Y otra cosa que me fascinó fue que, con varias de las situaciones, otro escritor hace una sola novela, como por ejemplo, el colegio que se va hundiendo. Sin embargo, en la novela, eso es sólo un capítulo.

El oficio de producir cine me ayudó mucho a darme cuenta de qué recursos eran imprescindibles en determinadas escenas para respetar la trama. Y adónde recurrir para que no se te complique a la hora de filmar. El buscar y encontrar los socios afuera para producir, y no los habituales, es lo que llevó más tiempo. Y después vino toda la adaptación y traducción, con guionistas ingleses, porque se filmó en inglés y después se hizo el doblaje al español para tener las dos versiones: una para España y Latinoamérica y la otra, para el mercado anglosajón. Fue jugarse una gran patriada armar este proyecto.

La película se filmó íntegramente en la Argentina pero con actores y técnicos locales, canadienses, italianos, ingleses y estadounidenses ¿Cómo fue la convivencia en el set?

Buscarini : Fue más complejo el armado de todo eso que la filmación en sí. En la industria del cine estamos acostumbrados a las coproducciones y una vez que se empieza a trabajar todo fluye de la mejor manera.
Awada : Enseguida se armó un equipo sólido, todos tirando para el mismo lado y se disfrutó mucho. Fue maravilloso trabajar con gente que está en un primer nivel como el sonidista de Gravedad y que vino acá, con la mayor humildad y dedicación.
En la película, Iván Drago (David Mazouz) gana un concurso como inventor de juegos. Pero a partir de ahí surgen muchos misterios por resolver que conducen a la Compañía de Juegos Profundos, donde el maléfico Morodian (Joseph Fiennes) llevará a Iván a vivir una de las aventuras más desafiantes de su vida 
El protagonista, David Mazouz tiene 13 años pero ya cuenta con una trayectoria en cine y televisión. Y Joseph Fiennes recibe propuestas de todo el mundo. ¿Cómo fue el trabajo con ellos?

Buscarini : David es increíble. Lo había visto en la serie Touch y fue uno de los primeros que llegó al casting. Necesitaba que estuviera dispuesto a 57 días de filmación y desde el primer momento vi que encajaba perfecto.
Awada : Ese chico sabe todo, no es normal. Tiene una presencia escénica impresionante, no como un niño sino como un excelente actor adulto, y es de una dulzura alucinante.
Buscarini : Fiennes siempre estuvo entre mis primeras opciones. Y se enganchó enseguida con la historia. Fue cuestión de acomodar su agenda porque él tenía trabajos en Hungría, en Australia y en Inglaterra. Me habían dicho que era muy buen tipo y lo comprobé en el rodaje. Económicamente para él no era gran diferencia pero lo quiso hacer por la experiencia y porque, cinematográficamente, la Argentina es un país con encanto. Le intrigaba venir a trabajar acá y fue buenísimo laburar con él.
Me imagino que filmar en inglés habrá sido lo más complicado de todo para vos, Alejandro.

Awada : Sí, en medio de la fiesta que fue el rodaje, ése fue mi gran desafío porque era la primera vez que actuaba en otro idioma. A mí me gusta mucho trabajar con Juan Pablo porque lo considero gran profesional y gran persona. A mi personaje, el científico Gabler, lo trabajé con mucha minuciosidad desde mucho antes y luego con un coach de primera categoría como Munro. Y fue un enorme aprendizaje.
Nacida en el sur del mundo, la historia de Iván Drago, con sus sueños de inventor y su crecimiento forzado por las circunstancias que lo obligan a usar su imaginación al cien por ciento, está lista para dar la vuelta al planeta.

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