La montaña: amor de sus hijos







Sueños y plegarias,



de paisanos pobres y manos callosas,



pueblan el silencio



por amor a su tierra: la montaña.



Más de una vez



ella se llevó su simente



envueltos en roca



por los desfiladeros.



Ellos sumisos y humildes



aman a su madre



envuelta en vientos



y cielos eternos.



Es que la madre reclama,



de vez en cuando la ofrenda de los suyos,



para permitirles



habitar su territorio sagrado.

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