Paciencia




La cualidad que más destacamos de los animales o de los seres etéreos es la paciencia.
Intentamos practicarla y rara vez nos sale.
El recordar a mis abuelos me hace incrementar la paciencia.

Desde siempre los vi como seres a imitar. Nunca su voz se alzaba para indicar algo. Sabían escuchar con respeto. También hablar poco y preciso.
Ellos eran unos simples campesinos que se levantaban muy temprano. Aseguraban el pan de cada día con esfuerzo. Jamás una queja (seguro que las tenían y muchas). Nunca aplicaron el materialismo depredador que vivimos hoy.

Entregaban su vida con lógico sufrimiento y con mucho amor.

La lectura de mi abuela María Teresa era la Biblia, jamás me la impuso. Hoy la tengo como pilar en mi vida.

Mi abuelo José Antonio consumía todo tipo de artículos informativos. La ciencia era su prioridad. Buscaba lo nuevo y más motivador para enseñarnos.
Ambos me dieron muchas fuentes de vida. Hoy una a mostrar, es la paciencia.


Encontré tres definiciones entre mis amigos de internet.
  • Etimológicamente:

Es la raíz latina pati que significa sufrir. De hecho el participio patiens se introdujo al castellano como paciente (en los hospitales) o “el que sufre.” Así la palabra misma nos recuerda que la paciencia implica sufrimiento, si bien ese sufrimiento se acepta con dignidad esperando una recompensa mayor que vendrá, ya sea con el simple paso del tiempo, con la perseverancia, o con la actividad correcta en los momentos correctos.

La raíz etimológica de la palabra paciencia es la misma que padecer, que se puede asociar a otros términos como “aguante”, “calma”, “espera”, “tranquilidad”, “perseverancia” o “serenidad”. Pero en definitiva es permanecer allí. Es perseverancia, aferrarse, rehusar abandonar sin importar fatigas.

  • Definición:
    La paciencia es la aptitud que lleva a algunos a poder soportar cualquier contratiempo y dificultad.

De acuerdo con la tradición filosófica, "es la constancia valerosa que se opone al mal, y a pesar de lo que sufra el hombre no se deja dominar por él"[cita requerida].
Así, puede decirse que el paciente va haciéndose fuerte poco a poco, mientras que el fuerte sabe ser siempre paciente. El ser paciente requiere de un incremento en la fuerza cuando ésta, por lógica natural, decae.

Es la espera confiada en la intervención liberadora de Dios; paciencia cristiana quiere decir, así, perseverancia en la esperanza. Su opuesto es la ira.

Así como en los animales, en los ángeles también en los seres humanos ejemplares encontramos la paciencia. Tenemos que saber enfrentar las situaciones difíciles y llevarlas en nuestros hombros sin decaer en nuestra fuerza. Cuántos hay que sin saber entregar exigen a quienes más lo aman.
Miremos a nuestro alrededor con paciencia. Gracias a mis abuelos por enseñarmela.

Bendiciones para quienes la saben ejercitar.


Amanuense

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