Hechos reales: El Puñal.

Era tarde de descanso y me encontré con Viviana. Nos sentamos a tomar un café y ella me consulto.
Escribí sus datos personales: es mi forma de "ver". Vi un puñal atravesando su piel.
Le relaté lo visualizado y seguimos.

Su vida no era de lo más deseable. Su matrimonio se había terminado hacía tiempo.
Un día escuchó a su hija llorando en su cuarto porque su papá le había realizado propuestas indeseables. Su hija se fue de casa con quince años.
Viviana continuó con su matromonio, por motivos económicos, tratando de entender que le había pasado a su esposo por la cabeza para hacer eso. El les pidió perdón a ambas. Jamás lo negó.
Con el tiempo, su hija construyó un hogar.
Un día Viviana conoció un joven que la hizo entender que la vida no terminaba en ese rincón con su marido sino que podía empezar una nueva vida. El amor entre los dos la llevó a tomar la decisión de esta consulta.
Hablamos de iniciar el divorcio en forma urgente y con mucho cuidado. Su marido poseía la idea de acabar con la vida de ambos, si ella decidiera irse del hogar.
Viviana me escuchó tranquilamente. Luego tomó su bolso y se fue.
Los días pasaron y nos encontramos de nuevo con Viviana.
Su novio, a escondidas, y ella preferían plantearle al marido que se fuera de la casa matrimonial. Vivienda adquirida por ambos donde viviría con su hijo pequeño.
No pensaba consultar un abogado, sino que había visitado un parapsicólogo que le daría cosas para ponerle en alimento de su marido.
Me quedé callada y le dije nuevamente lo que había visto en la primera entrevista.
Ella no respondió y nos despedimos.
Hoy Viviana lucha entre la vida y la muerte. Esta muy grave. Su marido la apuñaló y él se cortó las venas. Su hijo está solo.
¡Bendiciones!
Amanuense

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