Creo que este tema puede dar lugar a un interesante debate. Posiblemente encontremos puntos de vista muy contrarios: por un lado, el empresario que quiere aprovechar el tiempo y por otro el diseñador que busca la personalización total. ¿Qué opinas tú? Cuantas veces nos ha ocurrido que un cliente nos encarga un trabajo, un logotipo por ejemplo, y nos ponemos a trabajar en ello. Hacemos un trabajo que nos gusta, del que estamos sumamente orgullosos, llamamos al cliente para mostrárselo, el cliente lo ve y nos dice: “No es lo que estoy buscando, no me gusta. ¿Puedes hacerme algo diferente?”. Este es un momento bastante duro en la vida del diseñador, pero a la vez, demasiado común. Tirar los trabajos o reaprovecharlos. Según el ejemplo anterior, uno puede tomar dos decisiones opuestas: 1. Tirar el diseño. Ya que el cliente no sintió por él lo mismo que nosotros, ese trabajo ha de terminar en la papelera (de reciclaje). Con esta opción habremos perdido el tiempo dedicado a esa pr...