In memoriam: una intelectual que dejó huellas por donde pasó ... Prof. María Teresa Bernasconi
CAFETEANDO EN LA SOBREMESA. Teresita Bernasconi y Roberto García con Eduardo Sacriste en la casa que este les construyó en San Javier
.Por Roberto Espinosa20 Abril 2021
La historia se mete en su corazón en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, donde luego tendrá a su cargo las cátedras de Historia y Arqueología, e Historia Antigua. La Universidad Mayor de San Marcos de Lima la beca en 1968 para realizar estudios sobre “Las relaciones entre las culturas prehistóricas del Perú y del Noroeste argentino”. Realiza otros cursos de especialización en arqueología en Colombia, Ecuador, Bolivia y México. Estudia con Alberto Rex González. Realiza trabajos de campo en Alto de Medina, Las Tacanas, San Javier y Tafí del Valle. Cesanteada por la dictadura militar, regresa a la actividad universitaria con la democracia. Durante la gestión del rector Eugenio Virla, dirige el flamante Centro Cultural de la UNT y en 1985, por su iniciativa se crea el EPAM (Educación Permanente para Adultos Mayores).
Con su esposo Roberto García, profesor y periodista, anudan una amistad con Eduardo Sacriste, el gran arquitecto, quien les construye una casa circular en San Javier, que sigue siendo motivo de estudio.
Un ventarrón de energía
Genia, original, un ventarrón de energía, innovadora en la enseñanza, son algunas de las apreciaciones con las que la recuerdan sus ex alumnas de la Escuela Normal “Alberdi”. “Teresita, o ‘la Bernasconi’, como solíamos llamarla con esa estatura inmensa que les ponemos a los profes cuando estamos en la secundaria, fue mi primera profe de Historia en la Escuela Normal… nos quisimos una a la otra enseguida. Ella, porque tenía una personalidad arrasadora y enseñaba Área (Historia, Geografía e Instrucción Cívica) de un modo innovador que me motivaba y hacía pensar mucho... ‘¿Alguien sabe quién fue Alejandro Magno?’, preguntó. “Un emperador romano”, respondí con mis 13 añitos. Ella me miró con gracia. Pero en vez de burlarse de mi ignorancia, la capitalizó y explicó que había sido un emperador, no romano, pero que sin él, Roma no hubiera existido… Un día, la vinieron a buscar. Estábamos en clase con ella. Y unos milicos se la llevaron. No la esposaron, pero fue muy fuerte verla ir. Todavía y a esa edad, no sabíamos lo que estaba pasando en Argentina. No vino más a darnos clases. Yo la busqué. ¿Dónde está?, pregunté. Me enteré de que estaba trabajando en la Librería Norte (24 y Muñecas). Compré una rosa y me fui a visitarla. Recuerdo su emoción y nuestra hermosa charla. Volví muchas veces más. Después estudié Historia y después Arqueología. Y hoy quiero homenajearla con una rosa sobre su libro, y con la otra imagen que tanto admiraba de ella: había sido campeona de natación, pasión que también compartí, aunque nunca competí. ¡Gracias Teresita, buen camino!”, evoca Alejandra Korstanje en su Facebook.
La madrugada del viernes 16 de abril de 2021, la muerte se llevó a María Teresa Bernasconi. Tal vez su sonrisa ya anda iluminando el universo.
¡Gracias mi querida Profesora! Luisa y Delia Coronel!
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