Los aspirantes a gobernador opinan sobre cómo encarar la problemática de la basura
Los precandidatos coinciden en la necesidad de rediseñar el tratamiento de residuos. Proponen que este genere energía, que sea aprovechada en diversas áreas.
DANIEL BLANCO - FRENTE DE IZQUIERDA
La política actual en relación a la basura tiene por base un negociado corrupto con grupos empresariales, y un saldo ambiental que está afectando la salud de miles de familias. Planteamos que los propios municipios -o varios, unidos-, en su ámbito territorial, con asistencia financiera provincial, resuelvan el problema. Es necesario el reequipamiento municipal -camiones, talleres de reparación, etcétera- usando el dinero que actualmente se abona a las empresas recolectoras, entre otros, e incorporando al personal de estas reconociéndoles los derechos convencionales. El segundo aspecto consistirá en definir las alternativas respecto de qué hacer con los residuos. Una variante es la incineración, lo que requiere fuertes inversiones, pero en contrapartida puede lograrse de ese proceso la producción de energía con la cual alimentar un gran porcentaje del alumbrado público y aprovechar las cenizas (escorias) para la producción de bloques, que pueden utilizarse en la construcción. La otra variante, es la construcción de una planta para llevar a fondo una política de selección y reciclado; que, a la par, incorpore a las personas que hoy, empujadas por la miseria, lo hacen bajo la forma del “cirujeo”. En esto, numerosas familias son superexplotadas: se los debería incorporar como personal estables en la planta municipal, proveerles de todos los elementos -ropa, guantes, máscaras, etcétera-, para que puedan trabajar dignamente. Finalmente, el destino de lo que termine desechado será el enterramiento. En relación a los Vázquez, a Pacará Pintado y, ahora, a Overo Pozo, se debe realizar una investigación independiente, para verificar el daño ambiental producido; y los funcionarios y empresas responsables de este deben ser procesados penalmente; deben indemnizar con sus fortunas a las poblaciones afectadas y deben hacerse cargo de las medidas a adoptar para evitar que continúe el proceso de contaminación de los suelos, de las napas de agua y del aire de las zonas.
RICARDO BUSSI - FUERZA REPUBLICANA
El tratamiento de la basura se ha convertido en un problema crónico, porque en la última década sólo hubo negociados y jamás hubo un abordaje serio e integral. En Fuerza Republicana (FR) diseñamos un plan de gestión integral de los residuos domiciliarios, cuyo objetivo primordial es reducir el volumen de basura en los principales centros urbanos de la provincia, comenzando con un plan piloto para el conglomerado urbano del Gran San Miguel de Tucumán. En primer lugar, ponemos acento en la planificación de acciones y el uso de técnicas para recuperar residuos sólidos y así mermar la cantidad de los que van a disposición final. La directa consecuencia será prolongar la vida útil de los centros de depósito definitivo. En segundo lugar, promoveremos el reciclado de la basura no como una política de Estado, sino como una cultura de Estado, mediante campañas intensivas para educar a la sociedad en el reciclado, que incluirá la inclusión de contenidos específicos en los programas escolares. Por último, llevaremos adelante el saneamiento de los espacios públicos y la erradicación de los basurales clandestinos. Para que esto sea posible impulsaremos políticas de inclusión de los trabajadores informales de la basura, fomentando la creación de nuevos puestos de trabajo a fin de que dejen de subsistir con la recolección ilegal en carros. Todas las acciones de nuestro plan de gestión integral pueden ser ejecutadas en el corto plazo y no requieren de inversiones multimillonarias. Solucionar el problema de la basura requiere de conocimientos técnicos, pero se trata fundamentalmente de una decisión política, cosa que nunca tuvieron ni el gobernador Alperovich ni el intendente Amaya. Es verdad que es una problemática compleja, pero es mentira que no se le haya podido dar una solución. A los que gobiernan nunca les interesó dar una respuesta y la prueba está en que nunca se ocuparon siquiera por mantener limpios los accesos a la capital.
MARIO KOLTAN - UNIÓN Y PROGRESO SOCIAL
Hay una vergonzosa realidad: al entrar a Tucumán, turistas y vecinos presencian basurales por donde miren; escenario que se repite en toda la geografía provincial. El Gran San Miguel de Tucumán produce diariamente entre 800 y 1.000 toneladas de residuos. Las ciudades de este conglomerado han conformado un Consorcio Público Metropolitano, cuya función es la disposición de los residuos provenientes de estas ciudades. A diferencia del Ceamse, de Buenos Aires, este consorcio no tiene planta de tratamiento, ni clasificadora, ni de conversión de residuos sólidos urbanos en energía. Proponemos: 1.- Recuperar los desechos y transformarlos en energía, conocida como Biogás. Es decir, instalar una planta de recuperación para extraer los gases de la descomposición -metano o butano-, y usarlos como energía .Estos gases puede ser usados ya sea como calor o para producir energía eléctrica en un generador. 2.- Instalar una planta de lixiviado -el líquido que sale de la descomposición de la materia orgánica-, separar y depositar en piletones que tengan una capacidad de 2 millones a 3 millones de litros y que luego se purificará con productos químicos separando el agua de lo sólido; y esa agua se podrá utilizar luego para riego. 3.- Separar la materia orgánica de la materia combustible, que es el plástico, que con peleteados se transforma en materia prima para la fabricación de bolsas de consorcio. 4.- Hacer el chipeado de la poda y barrido de los árboles, a través de una máquina desmenuzadora, y que luego se convierta en materia prima para combustible o abono. 5.- Concreción de un proyecto de clasificación domiciliaria de residuos, donde en cada casa se separe el material reciclable del resto, y ponerlo en bolsas separadas. Para esto, el Gobierno ubicaría en cada cuadra un contenedor para residuos comunes y otro para el material reciclable.
JOSÉ CANO - ACUERDO PARA EL BICENTENARIO
Los residuos sólidos urbanos son un problema crítico en todo el mundo. Esto obligó a los Gobiernos a tomar medidas y acciones para ordenar la recolección y la disposición final. Tucumán no escapa a esta regla general, aunque presenta particularidades de gestión en el ámbito provincial que deben ser cambiadas. Es indispensable implementar un agresivo plan de gestión integral de los residuos en toda la provincia, estableciendo zonas estratégicamente definidas y con características geológicas que impidan la contaminación ambiental en las tareas de transferencia, transporte y disposición final. Buscaremos la mejor forma de aprovechar los residuos con plantas de clasificación en cada estación de transferencia y la utilización del método de entierro sanitario con generación de energía en las plantas de disposición final, que dé divisas que permitan bajar los costos que tiene todo el sistema. Paralelamente se respetarán irrestrictamente las normas ambientales, preservando el hábitat en cada uno de las etapas con impermeabilizaciones de los suelos y con plantas de tratamientos de los lixiviados con tecnología de última generación, llegando en algunos casos a producir agua potable que aprovisionaría a algunas comunidades del este, que sólo disponen de agua arseniacal con graves consecuencias para la salud de los pobladores. Dividiremos la provincia en tres grandes zonas, existiendo ya el Consorcio Metropolitano (atiende el Gran San Miguel de Tucumán). Se creará la Zona 2 (Famaillá, Monteros, Simoca y Concepción) y la 3 (Aguilares, Alberdi, La Cocha, Graneros y las comunas del área). Esto será apoyado en las ciudades con una intensa y elaborada campaña de educación en higiene urbana, a fin de tener ciudades limpias y saludables. No menos importante será la modernización de la recolección, implementando el sistema de separación en origen, lo cual se realizará progresivamente en áreas determinadas.
JUAN MANZUR - FRENTE PARA LA VICTORIA
Como gobernador voy a impulsar la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (Girsu) como un sistema planificado y participativo. Todos los habitantes de Tucumán tendrán un rol importante para cumplir. Caminar hacia un Tucumán cada vez más limpio y sustentable es uno de los mayores desafíos de evolución cultural que enfrentaremos en los próximos cuatro años. Los residuos son parte de la vida de todo ser humano. Todos generamos residuos en nuestros hogares, en nuestros trabajos, en nuestras actividades diarias. En consecuencia, o somos todos parte de un problema o somos todos parte de una solución. Corresponde al Estado liderar este camino superador. Primero, al poner a disposición la infraestructura necesaria para que el sistema funcione. Luego, al generar una participación cada vez mayor de todos los tucumanos. Mi compromiso hacia el futuro será construir una nueva planta de separación y clasificación de residuos; tener un sistema de recolección diferenciada; promover la separación en origen y consecuentemente reciclar y generar energía. Debemos construir sobre lo construido. A través del diálogo fructífero entre el Gobierno de la provincia y los seis municipios metropolitanos, entre los años 2012 y 2014 se ha logrado avanzar en aspectos fundamentales. La transferencia, el transporte y la disposición final de residuos sólidos urbanos ya no constituyen un problema. Se ha construido la infraestructura necesaria gracias al esfuerzo del gobernador y de seis intendentes, en el marco de una política nacional clara. Potenciaré ese diálogo como gobernador. Junto con los equipos técnicos de Daniel Scioli, como futuro presidente de la Nación y de Pablo Yedlin, como futuro intendente de la capital tenemos desarrollado un plan para concluir la infraestructura necesaria para dar el salto que necesitamos: la separación en origen con participación de todos los tucumanos, el reciclado y la generación de energía.
GUMERSINDO PARAJÓN - ALTERNATIVA POPULAR
El problema de la recolección de residuos no es competencia de la Provincia, sino del municipio. Mi deber como gobernador será el de garantizar que el municipio haga un pliego de licitación no a medida de las empresas, sino que garantice que la recolección de la basura se realizará todos los días, en cada barrio de la ciudad. Además, estos pliegos deben garantizar la estabilidad de los obreros y de los trabajadores de la empresa que gane la licitación. A su vez, la Provincia debe dar garantías de que el sitio donde se arroje la basura no produzca contaminación alguna. Para eso, se debe buscar un vaciadero alejado de los centros urbanos, y se debe llevar adelante un control estricto de parte de la empresa en el reciclado de la basura. Además, se debe controlar que a ese lugar no ingrese cualquier persona -en especial, los niños, que van a curiosear- ni animales, porque les puede producir enfermedades, que luego pueden transmitir al resto de la población. Lo que tiene que hacer la Provincia es instalar o crear una planta recicladora de basura. Ese reciclado no sólo puede cubrir los gastos de la instalación de la planta, sino que debe dejar un superávit, con el cual se cubran algunas necesidades sociales de la población de San Miguel de Tucumán. Los integrantes del nuevo Concejo Deliberante pueden formar una comisión investigadora, para revisar la prórroga de la concesión que dio el municipio a la empresa 9 de Julio, por lo menos durante los últimos 10 años. Todas esas empresas que vienen de afuera de la provincia tienen mucho poder de compra; y tienen la plata necesaria para la compra de voluntades, para que se les aprueben los pliegos de condiciones y para que se les concedan la adjudicación y la prórroga de los contratos. Hay referencia de que lo que paga la Municipalidad de San Miguel de Tucumán por este servicio está entre los más caros del país.
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