“No queremos ser un producto armado”
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Bomba Estéreo.La banda colombiana está de regreso en el país para presentar su nuevo CD, basado en un constante renacer.
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Amanecer es el nombre del cuarto disco de los colombianos de Bomba Estéreo. El amanecer, también, es el abrigo del primer sol de la mañana, el fin de la noche; un nacimiento que se repite cada día, el tiempo de despertar. En esa idea, la de un constante renacer, se centra el concepto de este trabajo.
Pero lejos de llegar manso, éste nace a puro baile, en la fórmula de la banda que combina sonidos digitales con instrumentos del folclore colombiano y más allá, hasta llegar a Africa. Lo produjo Ricky Reed, quien trabajó con Pitbull, entre otros artistas, y a partir del martes estará en bateas. Mientras, Li Saumet y Simón Mejía, corazón y cerebro de la banda, están en Buenos Aires para presentarlo esta noche en Niceto Club.
“Son etapas de la vida. El disco nos llega en un momento muy bonito, con casi diez años de camino recorrido, de compartir lugares y culturas, de madurez musical y personal, porque ya tenemos nuestras vidas y nuestras familias. Es una renovación, en una etapa de tranquilidad, sin perder la fiesta y el baile”, explica Saumet, que el año pasado puso su voz en Bailar en la cueva, del disco de Jorge Drexler.
Estreno. "Fiesta", clip oficial del primer corte de Amanecer, lo nuevo de Bomba Estéreo.
El baile que proponen va más allá de la diversión, la psicodelia de sus shows lo vuelve algo casi tribal...
Simón: Tiene que ver con el origen raizal de nuestro sonido, que viene de siglos atrás, de cuando la música más que ser entretenimiento era un vehículo de conexión con los dioses, con lo divino. Ese tambor, que viene de Africa, se combina con nuestra historia personal. Nosotros crecimos en discotecas, pero la raíz está conectada con la danza, como catarsis y conexión con el más allá.
Li: Para la gente de mi tierra, la música y el baile es algo implícito en nuestra cultura. La relación es ancestral. Nuestros shows son una bomba de energía que se retroalimenta en la conexión con la gente.
“Cuando te critiquen, sólo tienes que responder: Soy yo”, dicen en una canción del disco. ¿A que se debe?
Li: A aceptarse. El ser humano no se acepta, en general: si es mujer, hombre, lindo, gordo, flaco. Uno es lo que es, sin ser perfecto, es bonito por ser único en su esencia. Me gusta que seamos una banda que genere una polémica, porque el arte se trata también de generar tensión e incomodidad. No queremos ser un producto armado.
¿Cómo fue para ustedes llegar a tocar en un lugar como Africa?
Simón: Nos impactó mucho por la conexión que tiene nuestra música con la africana. Llegar hasta ahí era cerrar el ciclo, de allí viene el sonido de nuestros tambores, y allí volvimos con nuestros matices. Era como devolverles un regalo. Orgánicamente se sentía la conexión con la gente, que ni nos conocía.
La grabación del disco quedó marcada por un triste episodio para Li: el suicidio de su novio. ¿Cambió el rumbo del disco a partir de ahí?
Li: Fueron momentos fuertes. Pero en este tiempo hubo también sucesos felices, como la llegada de los hijos de Simón. Todo alimentó las letras, y sobre todo fue un aprendizaje espiritual. Así es la vida. Cuando más profundo es lo que te pasa, más fuerte es el mensaje.
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