¿Cómo? ¿Por qué? ... Haydeé Pastrana Domínguez

Hay ocasiones en que el simple hecho leer una oración, un primer renglón, es más que suficiente para embriagarme. Como hilo de media, no me puedo detener. Debo leer sin parar. Lo que sea que cruce mis ojos contribuye con el trance: páginas de libros, revistas, cómics, chismes de farándula, notas insulsas e imbéciles, comentarios que sobrepasan la estupidez promedio… todo.
Pero ese mismo entusiasmo se agota en algún momento. Así como el inicio fue automático e inexplicable, de la misma forma termina el embrujo. ¿Cuándo reiniciará? ¿Cuándo experimentaré algo parecido? Desgraciadamente pueden pasar meses, muchos, antes de que el inicio de un texto me entusiasme hasta caer en el paroxismo lector.
Entonces, y casi de la nada, me pregunto si el acto de leer se asemeja al de escribir. ¿Ambas acciones se pueden analizar de igual manera?
Hace poco leía que la inspiración que mueve al escritor para realizar su obra se da a partir de un conjunto de situaciones específicas. Todas ellas encauzadas a un fin: el texto. Ya sea prosa o poesía, el entramado final es resultado de esas circunstancias variadas que, por alguna razón, reciben una milagrosa luz que induce su nacimiento. Un momento perpetuado, que además puede reavivarse cuando sea necesario. Calíope también obra de formas misteriosas e inescrutables.
¿Al lector le sucede lo mismo? ¿Hay acaso un cruce de circunstancias, acontecimientos o momentos clave que coinciden en el tiempo y el espacio para lograr que la mente se concentre en nada más que las palabras que parecieran volar e instalarse en el que lee? Tal vez deba familiarizarme de nuevo con la teoría de la recepción, pero corro el riesgo de encontrar más preguntas que respuestas.
El desmenuzar el por qué y el cómo un escritor produce una obra es un tema que ha dejado correr suficiente tinta y, a mi entender, sigue habiendo incertidumbre y por ello hay posturas, opiniones y teorías diversas, algunas afortunadas, otras demasiado simplistas; unas y otras demuestran que el proceso es complejo y hay mucho más de lo que se intuye involucrado en este acto ¿volitivo? que es la escritura.
Creo que leer es menos abstruso en su detonante pero no por ello carece de importancia y atractivo. Retomemos las teorías. Espero poder encontrar lo que estoy buscando antes de que se me acabe la pila.
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